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El paisaje de la seda

ARQUITECTO PAISAJISTA ROBERTO DUATO VEYRAT

La actividad sedera valenciana influyó notablemente en la transformación cultural, social, económica y natural de la huerta y paisajes de la Valencia de los siglos XV al XVIII. La industria textil evoluciona con gran profusión hacia la fabricación de tejidos de seda, llegando al siglo XVIII a pleno esplendor económico y social gracias a numerosas familias artesanas valencianas dedicadas a la seda.

El paisaje natural y cultural de las comarcas valencianas cambia conforme la expansión productiva de la seda se intensifica. Los espacios humanos se reorganizan en pro de una actividad económica y social, convirtiéndose en una tendencia y posterior norma cultural gobernar el entorno para un beneficio recíproco. Las familias artesanales valencianas de la seda son custodios de la naturaleza y creadores de paisajes artificiales, como reconstrucción natural del entorno del paisaje. Es un progreso social, sostenible, económico y una transformación del espacio que condiciona la manera de vivir y sentir de la sociedad de entonces, es decir, la prosperidad de personas y naturaleza en convivencia, escenografía e idiosincrasia de la Valencia de la seda y del campo valenciano.

Proliferan entonces en el paisaje valenciano plantaciones de moreras en parcelas de la comarca de la Safor, zonas intermedias de regadío y secano de la Ribera Alta, en Xàtiva, y las huertas de Valencia y Castelló. Esta producción autóctona masiva y recolección de la hoja de la morera iba destinada al alimento de los gusanos de seda que se criaban en las andanas de las casas, pues debía de satisfacerse la creciente demanda del despegue industrial valenciano. El objetivo era elaborar fibra sérica autóctona valenciana y no sólo contar con la fibra alóctona que provenía de Granada. Según diversos estudios léxicos (diccionario de Alcover) habría otra característica de la seda valenciana y es que se recolectaba del árbol de la morera blanca llamado morera de seda o de cucs y no de la morera negra o morera de móres que se plantaba en al- Andalus.

Huertas de regadío ganadas al secano o bordeando las parcelas de cultivos, márgenes de caminos y acequias, las moreras formaban parte del paisaje valenciano contribuyendo a la belleza del entorno natural. Posteriormente ya en el siglo XVIII, auge de la seda, se organizan en huertos partiendo del modelo de huerto jardín valenciano, época del movimiento ilustrado y del pensamiento fisiocrático. Este modelo organizativo del paisaje agrario valenciano llegó también a los patios y huertos de la ciudad de Valencia.

Una industria rural y doméstica en donde intervenían toda la familia y especialmente la mujer que llevaba todo el peso de la crianza. El trabajo de los recolectores, criadores y artesanos deja un patrimonio cultural, social, económico y natural importante y singular. Moreras perdidas en el paisaje, huertos, hilaturas abandonadas, dispersión de los elementos de la cultura material, casas rurales, cámaras, andanas y cañizos donde se criaban los gusanos o estufas, termómetros, máquinas para cortar hojas, escaleras, capazos y cestas. Sentimientos y sensaciones de aquel trabajo apasionante y que dejó huella en sus vidas. El olor característico de las crisálidas, nube de humo que cubría la hilatura y sobre todo marcas físicas que acompañaban para siempre, ya sean manos quemadas por el agua hirviendo con que escaldaban el capullo o los cortes que se producían en los dedos con el hilo tan resistente.

Mujeres y hombres valencianos que transformaron el paisaje natural en otro cultural y artístico en la creación de un bien común, un paisaje de la seda de una época de oro y unas vivencias propias de una sociedad artesanal, sensible y en convivencia con la naturaleza.

El proyecto “Valencia Ciudad de la Seda 2016” viene a reconocer el claro liderazgo de una sociedad pujante, respetuosa con el medio ambiente y generadora de riqueza. La Ruta de la Seda pasa por Valencia, su comercio y su capacidad económica y organizativa tuvieron su máximo exponente y permanecen hoy muy vivos en la Lonja de la Seda, Patrimonio de la Humanidad y en el Colegio del Arte Mayor de la Seda, casa común del gremio del artista sedero. Valencia con muchos honores paisaje de la seda.

OPINIÓN

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2015-10-25T07:00:00.0000000Z

2015-10-25T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282321088860962

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