Salamanca— El paso de un año tras el fallecimiento de un ser querido tiene sus propios rituales y así, lo habitual es que su familia encargue la celebración de al menos un misa en su memoria. Esta celebración de cabo de año, por el eterno descanso del alma del difunto, puede ser única o bien multiplicarse hasta convertirse en un novenario de eucaristía por el alma de esa personas e incluso pasar a ser la denominada “misa gregoriana”, que es una tradición, iniciada por San Gregorio Magno, consistente en la celebración de treinta misas consecutivas por el alma de un difunto para ayudarlo a salir del Purgatorio.

Hoy en día, incluso se pueden encargar a través de internet la celebración de estas eucaristía, puesto que algunos portales, así lo permiten para facilitar la tarea.

Pero la innovación en las tradiciones también se abre paso con otras propuestas que parecen ir calando en la sociedad, y sí se están haciendo habituales las llamadas “Celebraciones del Recuerdo”, que son tanto funerales como servicios conmemorativos que tiene lugar semanas o meses después de lo que normalmente habría sido, y se ha convertido en una opción importante para las familias cuyos seres queridos, por ejemplo, fallecieron durante la época de la Covid, cuando las reuniones grandes estaban prohibidas y las normas de distanciamiento social impidieron llevar a cabo el tipo de servicio que cada familia deseaba.

Al postergar una celebración para una fecha futura, la familia gana tiempo extra para planificar cada detalle de un evento extraordinario, más relajado que los habituales que se celebran con inmediatez y esta tendencia se va asentando cada vez más.

Más exótica es otro tipo de propuesta que permite enviar parte de las cenizas del difunto al espacio, bien de forma temporal, o definitiva, como forma de honrar su espíritu de aventura. Las cenizas se colocarán en un satélite cuyo lanzamiento para el vuelo conmemorativo se puede seguir tanto en vivo como a través de internet e incluso la familia podrá saber cuando el satélite con los restos de su ser querido sobrevuela el cielo bajo el que se encuentran. Esta fórmula permite, desde que las cenizas o el ADN de nuestro ser querido orbite sobre la tierra y regrese, hasta que se funda como una estrella fugaz en su retorno a la tierra, se lance en un satélite a la órbita o la superficie lunar e incluso se puede enviar al llamado espacio profundo.