Los clientes –amantes de la cocina– soñaban con poder reunir hasta 20 comensales. Consecuentemente el proyecto se centró en crear una cocina/foro para el disfrute y reunión de toda la familia.

El diseño está pensado teniendo en cuenta la diversidad de necesidades de los miembros de esta familia de cinco. Era importante articular la variedad de horarios, grados de privacidad según hora/día; simultaneidad de usos (cocinar, teletrabajar, estudiar, descansar, leer...). Para ello se dispuso de diversos recursos como estanterías de vidrio, puertas correderas y pivotantes integradas en mobiliario, que permiten dividir o unir las estancias según las necesidades, así como organizar el acceso a las habitaciones privadas. Se actuó en la fachada y carpinterías para mejorar el aislamiento termo-acústico de la vivienda.

Durante la obra surgió una sorpresa maravillosa al descarnar uno de los pilares de hormigón. Una marca numérica que permanecía escondida resultó tener un significado emocional de gran valor para los clientes y nosotros. Como no podía ser de otra manera, esa marca ha quedado visible y da nombre a la casa. Coincidencias que nos hacen reflexionar sobre el azar y la casualidad.