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«Los europeos siempre confiamos en que mañana amanecerá»

María Oruña presenta ‘Los inocentes’, sexta entrega protagonizada por la teniente Valentina Redondo, que gira en torno a un crimen masivo

ELENA SIERRA

La sexta entrega de las investigaciones de la teniente Valentina Redondo, el personaje al que María Oruña comenzó a dar vida hace ya seis novelas (en 2015), es una invitación a «salir de nuestra burbuja» y, un poco, a dejar de «confiarnos tanto». No es que Oruña quiera meterles miedo a sus muchos lectores, sino que aspira a que repiensen por un rato el mundo en el que viven. «Es una invitación a no acomodarnos, a no bajar la guardia, porque como se dice en ‘Los inocentes’, el peligro es un latido que no se extingue nunca». Puedes haber ido a relajarte al Templo del Agua del balneario de Puente Viesgo, que en ese idílico entorno empieza la trama, y no salir con vida de él. «Como me dijo un taxista una vez en México, los europeos siempre confiamos en que mañana va a amanecer y que vamos a despertar y a seguir con nuestras vidas; él no lo daba por hecho y eso me llevó a pensar en esta burbuja en la que nosotros vivimos y en que hay mucha gente que vive al día en muchos lugares», explica la autora, que hoy mismo ve cómo ‘Los inocentes’ (Destino) llega a librerías.

Una reunión de empresarios en Puente Viesgo se convierte aquí, en segundos, en un crimen con muchas muertes. «Quería ese contraste entre un sitio idílico y tranquilo, donde los personajes no tendrían por qué estar alerta, y el asesinato para evidenciar que el peligro siempre está ahí. El Mal, con mayúsculas, está ahí. Nos confiamos mucho». El mirlo acuático que sobrevuela el lugar le sirve a Oruña para ejemplificar de nuevo esta idea. «No es que el mirlo sea malvado, pero ese pájaro que simboliza la pureza también mata a otros animales».

A escala humana, el personaje del sicario, el Estudiante –aquel que en una entrega anterior de la saga casi mata a Valentina–, conecta ambas ideas centrales: la del Mal y la de revisar la propia burbuja. «No ha sido fácil escribir este personaje, no solo porque tenía que aprender su cultura, su jerga, intentar entender cómo piensa, sino porque no quería justificarlo pero sí explicar cómo vive», dice Oruña. «Hay muchas personas como él, que no tienen acceso a lo que nosotros damos por sentado (una educación básica, un techo, comida). No tenerlo no justifica el crimen, pero a veces no es tan fácil poder elegir».

El caso es que el Estudiante va a complicarle la vida a Valentina Redondo de nuevo. «Ya, no la dejo tranquila nunca». Y eso que se las promete muy felices al comienzo: se casa en dos semanas con su prometido, disfruta de las vistas desde su hogar en Suances… «Y aparece este elemento que es muy personal en la investigación y la idea de la venganza va a sobrevolar su cabeza a menudo. Hasta el lector va a posicionarse sobre esa idea. ¿Qué haría yo en esa situación?».

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2023-09-23T07:00:00.0000000Z

2023-09-23T07:00:00.0000000Z

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