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La caza del corzo morisco, la joya del sur

▶ El cérvido autóctono más pequeño de Europa marca el límite más meridional del área de distribución de la especie en el continente

FÉLIX SÁNCHEZ MONTES

Tras más de tres décadas desde la vuelta de esta modalidad de caza, las batidas de corzos moriscos en Andalucía suponen un colofón perfecto a la temporada montera. Es el primer lugar de España donde se abre su veda, un verdadero tesoro de nuestras modalidades de caza. El corzo andaluz ha visto incrementado su valor como trofeo de caza al tratarse de un ecotipo singular que además vive en unos ambientes de gran belleza natural.

Las poblaciones andaluzas de corzo constituyen la última frontera de la especie en su límite sur occidental, ya que nunca han podido alcanzar densidades altas y siempre han dependido fuertemente de los factores climáticos.

El corzo morisco es uno de los cérvidos más difíciles de abatir de Europa; esto es debido a la espesa cobertura arbórea y arbustiva del hábitat donde se encuentra, además del fuerte carácter huraño y desconfiado de los machos. Generalmente, en fincas abiertas enfocadas al corzo morisco, la media de abates en rececho puede llegar a ascender a 15 salidas por animal abatido.

Se caza en las modalidad de batida en el mes de marzo, un mes antes que en el resto de España. En la modalidad de rececho en aquellos cotos que en su plan técnico de caza lo tengan reflejado y cumplan las especificaciones administrativas de Medio Ambiente, podrán solicitar la ampliación del rececho hasta el 31 de mayo. Asimismo, se podrá realizar la caza a rececho de hembras para el control de poblaciones desde el 15 de noviembre hasta el 15 de enero.

La modalidad de batida se practica fundamentalmente en el Parque Natural Los Al

Las poblaciones andaluzas de corzo constituyen la última frontera de la especie en su límite sur occidental

cornocales. Este parque se encuentra en excelente estado de conservación, siendo el mayor alcornocal de la península ibérica y uno de los más importantes del mundo. Excepcionales bosques en galería que se localizan en los denominados ‘canutos’, valles profundos y estrechos excavados por los ríos poblados por acebos, helechos, lentiscos, jaras, brezos, cantuesos, torviscos y majuelos; durillos y alisos acompañados por alcornocales centenarios mezclados con acebuches, quejigos, robles melojos… Un paisaje espectacular y único.

La batida se practica casi igual que una montería con la excepción del uso restringido de las rehalas. El disparo a los corzos es muy difícil, primero por su velocidad y después por su tamaño. Se utilizan principalmente calibres pequeños. Es impresionante ver cómo los corzos intentan engañar a los perros cruzando una y otra vez sus rastros para confundirlos.

Un cérvido especial

El corzo morisco (‘Capreolus capreolus garganta’, Meunier 1983) presenta rasgos propios: prácticamente ausencia de babero blanco en el cuello, pequeño tamaño, dimorfismo sexual más acentuado, cráneo más corto y ancho, mandíbula significativamente más corta y ancha adaptada a una vegetación xerofítica mucho más seca y dura que la del norte. Estos corzos son los menos pesados y con menor envergadura en el conjunto de las poblaciones europeas de corzo.

Los corzos moriscos pesan entre 21-26 k los machos y 1824 k las hembras, con una envergadura entre 68-75 cm y 6573 cm. Su coloración es invariablemente gris a lo largo de todo el año. El ciclo de la cuerna está adelantado en un mes con respecto al resto de corzos europeos.

Pertenecen a una población genéticamente diferente al resto de poblaciones ibéricas, lo que fue ratificado por el CSIC en el VII Congreso Europeo del Corzo, Jerez 2005. En 2014 se revisó el manual CIC sobre la evaluación y medición de los trofeos de caza. El CIC destaca el reconocimiento del fenotipo corzo andaluz como nueva categoría de trofeos para corzo.

El reconocimiento de estos fenotipos distintos se basa en una gran cantidad de literatura científica y estudios disponibles hasta la fecha, como ‘La estación de referencia del corzo andaluz’, con los objetivos de coordinar la conservación, cría y repoblación de la especie, revalorizarlo como ecotipo de elevado interés en el ecosistema mediterráneo y pieza de caza valiosa y singular. Hasta 2018, gracias al Plan de Gestión, se han liberado un total de 24 individuos, de los cuales 15 se han soltado en el Parque Natural Sierra de Huétor y nueve en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

La certificación genética se realizará a través del Centro de Análisis y Diagnóstico, perteneciente a Medio Ambiente. Los ejemplares que se quieran homologar como trofeo de corzo andaluz deberán ser analizados genéticamente y proceder de cotos acreditados. En este sentido, será la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza quien determine en última instancia la homologación de estos trofeos.

ABC DE LA CAZA

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2023-06-05T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/282634627008341

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